Toda comunidad humana necesita organizar en forma conjunta tres grandes funciones que no pueden solucionarse de manera individual: el trabajo, la guerra y el orden público. La necesidad de transformar la naturaleza mediante el trabajo en bienes y servicios para el sustento humano, no la puede realizar una persona sola, ni siquiera en la rudimentaria actividad de la caza. Así mismo, la comunidad puede entrar en un enfrentamiento violento (guerra) con otras comunidades o se pueden dar conflictos entre los miembros de una misma comunidad.
Esas tres grandes interacciones con la naturaleza, con los colectivos humanos externos y con los ciudadanos de la misma comunidad, por lo tanto, son las causas que hacen imprescindible el establecimiento de algún tipo de coordinación y decisión colectiva dentro de la comunidad, es decir, la conformación de una autoridad política.
Los medios que esta instancia tiene a su disposición para implementar sus decisiones, son esencialmente, dos:
a) la autoridad moral o legitimidad que consiste en el reconocimiento de su mandato “de gobierno” por parte de los gobernados y que lleva al acatamiento voluntario de sus decisiones y,
b) el uso o la amenaza del uso de la coerción física. Fundamental en este sentido es que la autoridad pública que toma y ejecuta las decisiones no es una instancia separada del colectivo, sino que suele ser el colectivo mismo en su totalidad. A ese tipo de autoridad política coordinadora la llamamos el proto-Estado.
Las tres grandes interacciones sociales que generan la necesidad de una coordinación colectiva o supraindividual, permiten en ciertas circunstancias y a partir de un determinado nivel de la productividad del trabajo, la explotación y dominación de la naturaleza y del ser humano, causando, en consecuencia, la división de la sociedad en clases antagónicas y haciendo conflictiva la convivencia de los ciudadanos a raíz de problemas de clase, de patriarcado, de racismo y de destrucción ecológica.
Cuando sucede esto, el proto-Estado sufre un cambio cualitativo. Su razón de origen, ser administrador de las funciones comunes de la sociedad, se vuelve secundaria. Su nueva razón de ser, la primordial y determinante, consiste en la defensa de los intereses de la elite económica y la protección de los sistemas de explotación y dominación de esta elite. De un comité o instancia de interés público, de la representación de la voluntad general del pueblo, se convierte en un Estado al servicio de la voluntad particular de la clase dominante y, por lo tanto, en un Estado de clase.
Tiene que seguir atendiendo ciertas necesidades generales de la sociedad, como la salud y el orden público, pero todas sus funciones generales pasan por el filtro de su carácter y sus tareas de clase. Si el dinero no alcanza para cubrir la deuda externa y la educación al mismo tiempo, se paga primero a los banqueros. Si el presupuesto no es suficiente para atender la deuda interna y, al mismo tiempo, la salud pública, se gratifica primero a los banqueros. El interés particular de los amos del sistema determina y distorsiona todas las funciones generales del Estado.
Con la conversión de la autoridad pública democrática en una agencia privada de seguridad y represión al servicio de las elites económicas, la función de coerción física deja de ser una facultad de toda la comunidad; se separa de esta y de su control y se organiza en formaciones armadas la clase dominante.
Este es el significado del Estado clasista que históricamente sustituyó al proto-Estado hace alrededor de seis mil años y que desaparecerá con la democracia participativa. En su lugar habrá una nueva autoridad pública que priorizará los intereses generales y que, al perder sus funciones de clase pierde su identidad represiva. La noción de representatividad de los gobernantes que en la plutocracia burguesa es esencialmente demagógica, recobrará entonces su auténtico sentido político, en las funciones públicas que requieren de la representación.
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Etiquetas: 2. Fin de la Civilización Burguesa
3 comentarios:
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sisi! democracia participativa y protagonica!! yo estaba de acuerdo, pero todavia no se ha visto en la practica!... cada vez yo veo esto mas centralizado.
No crees?
Estamos hablando aquí de representatividad.
No entiendo tu planteamiento, podrias ser más especifica en cuanto a que modelo te refieres?
Mientras se mantenga la sociedad de clsases, el Estado deberá mediar entre estas para servirlas, pero, éstas desde su lupa, concepción político-económica, siempre estarán en pugna porque tal medida estatal beneficia a tal o cual sector, e incluso intentarán destruir al Estado para ponerlo al servicio de sus intereses mezquinos. Para construir un estado por encima de las clases sociales para que las sirva y avance en la búsqueda de la igualdad, la fraternidad, etc, se requiere consciencia políticas y un Nuevo Hombre que encarne los valores de la nueva Sociedad. La tarea es larga, tortuosa. Hay que enfrentar grandes enemigos internos y externos. Adelante Venezuela, estás llamada a liderar a un nuevo humanismo a nivel global. Un nuevo mundo es posible.